Zimmermann se complace en anunciar la apertura de su primera boutique en Zúrich, Suiza. Situada en la esquina de Münzplatz y Augustinergasse, una de las calles con mayor valor histórico de la ciudad, la boutique lleva la experiencia de compra de Zimmermann al corazón del casco antiguo de Zúrich.  

Diseñada por los colaboradores de largo plazo Studio McQualter, la boutique se ubica en un edificio histórico restaurado. El espacio, que una vez fue una carnicería a finales del 1800, ha sido completamente transformado. Sus interiores ofrecen una elegancia cálida y contemporánea que redefine su historia. 

“Zurich es una ciudad de contrastes, repleta de historia y con una visión muy avanzada. Me encanta que nuestra boutique esté en la Ciudad Vieja, con todo su charm y carácter, pero el espacio en sí es completamente moderno. Siempre buscamos honrar la arquitectura original, pero haciendo que se sienta Zimmermann, y creo que esta boutique realmente refleja ese equilibrio”.  Nicky Zimmermann, director creativo y cofundador.  

Desde la calle, seis ventanales de piso a techo revelan una mirada al sofisticado universo de la marca. En el interior, tres espacios de venta se unifican a través de un suelo de terrazo y paredes blancas de alto brillo que se extienden hasta el techo. El resultado es un ambiente sereno y elegante que alberga armarios de acero inoxidable con la colección RTW. La atención al detalle se percibe en los bordes curvos que enmarcan cada mueble, creando armonía dentro del espacio. Cada sala presenta elementos únicos, como una exposición destacada de bolsos dispuesta en estanterías de piedra flotantes hechas a medida. 

El enfoque característico de Zimmermann en cuanto al diseño de boutiques se manifiesta en cada rincón: una fusión entre piezas de diseño vintage y contemporáneo, paletas atrevidas, arte australiano y una sensibilidad por la historia de cada lugar. La sala de descanso de Zúrich es una expresión clara de esta visión. Sus cálidas paredes marrones y la lujosa alfombra en dorado ofrecen un rico telón de fondo para un sofá 1970 repujado con lana texturizado . Una pieza de mantella de latón y piedra personalizado el espacio, flanqueada por una pared con espejos y coronada por un cuadro del artista australiano Tom Polo, un toque atrevido e inesperado. En la pared opuesta, una viga estructural existente se ha revestido en madera hecha a medida como un homenaje sutil a la herencia suiza del edificio. Un cubo expositor de aluminio en crudo aporta el toque moderno final, destacando la creciente propuesta de calzado de la marca.